Quiero guardar este poema porque ayer me pasé todo el día dándole vueltas. Iba de los versos de Chesterton a ‘El taller del orfebre’, volvía, me iba al ‘Cantar de los Cantares’, repasaba de nuevo el «aún te temo», repetía en mis adentros ese «a ti, que no has vulgarizado estos largos años». Este poema no tiene tiempo.
[Lo leí gracias a las bodas de plata de un poeta. ¡Gracias, Enrique! Tierno y evocador, encierra uno de los misterios más bonitos: la bendición del amor].