lunes, 31 de diciembre de 2012

Pasalapágina (2013)

Con un dedo, liviana, pasa, la hoja, del libro, cambia.


(Siempre deseo lo mismo, pero considero que es lo mejor que puedo desear: bien, verdad y belleza, de nuevo, más y compartido en este 2013)

imPropiedad intelectual

Retiro las palabras como si cazara mariposas. Escampan, ya pronunciadas. Se zafan con aleteos que ya no dependen de mí. Y he dicho lo que he dicho. Hoy soy menos dueña. Esclava, para ser exactos.

viernes, 28 de diciembre de 2012

Reivindicación de la inocencia

La inocencia sostiene este tinglado de "sabelotodos". Cuando alguien se escandaliza, todavía, ¡qué bien!, el aire se agita, el sol brilla, los pájaros cantan y las nubes se levantan. Bendita inocencia que aguarda lo bueno, bello y verdadero, y sí, valiente, se horroriza y se sorprende, y no se acostumbra, ni hace malos pactos, ni capitula. La inocencia tiene la fuerza de los débiles y de los poderosos. La mirada limpia. Y siempre es la más bonita de las sonrisas.

lunes, 24 de diciembre de 2012

Feliz Navidad

La Navidad se desea todo el año y sucede un día, en la fecha prevista. Nada nuevo acontece porque la clave de lo que nace es eterno, y de eso, los humanos, apenas sabemos. Pero atrevidos, celebramos, porque no hace falta saber. La historia va de querer.

jueves, 20 de diciembre de 2012

Fin del mundo

¡Mira que nos gusta la verdad para que sea mentira!

La poesía ha muerto. Viva la poesía

Me parece poético que mañana se acabe un mundo. Quizá uno muy bonito que conocieron los mayas y que ya sabían que íbamos a cambiar -algunos dirán que a destrozar-. No lo sé.

El no fin del mundo

Me conmueve este final del mundo tan rutinario. Sin excepciones, sin vocear, todavía riendo. Es una bonita forma de enfrentar un bulo apocalíptico. Antes de pensar en el final prefirimos entrar al juego, con trampas, con la gallardía de la impunidad. Mañana será un día anodino por no morir.

martes, 18 de diciembre de 2012

Verdad encriptada

El mensaje codificado mañana será la verdad. Comprendiéndose lo dicho, entendiendo el idioma, captada la señal, la dificultad no será que la botella llegue sino que encierre una persona sincera.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Desmintiendo

Los inicios son fáciles. Lunes eternos. Madrugadas. Hojas en blanco, tiernas, posibles. Empezar una historia no es tan difícil. Más jodido es cerrarla. Cualquier momento sirve para poner una letra o un título, una intención, inaugurar deseos.

Ahora si hablamos del trabajo de martes a jueves... Si te remites a una carta ya escrita, si continuas un capítulo, si heredas una pena, si tengo que volver a verte, si cambian cosas que no me importan y, por tanto, no cambia nada. Cuando el niño pierde sus ojos.

Empieza la historia con una luz, que se prende. Se acaba cuando se apaga. Y en medio debes caminar con el candil, alejando y acercando las sombras y las luces. Indicando donde vivía el alma, cuando renacía, a quien odiaba, para qué vivía. La lumbre debe empujar a la imaginación. Y esto nada tiene que ver con empezar. La trama, la historia, es cuestión de perseverar. De tener un lugar donde insistir. Así que, por favor, que nadie vuelva a decir que lo otro es lo más difícil.