martes, 24 de diciembre de 2013

domingo, 22 de diciembre de 2013

Con retraso

Cuesta trabajo empujar las manecillas del reloj. Arriba y abajo, persigo la hora exacta. Sin saber todavía si el tiempo existe para adelantarlo. O por el contrario, utilizar los recuerdos y así perder minutos rondando el pasado. Por eso me gusta mi reloj de arena. Delicado y con la medida del tiempo del tamaño de un grano. Que siempre baja cuando decido ponerlo a dar la hora. Y cae, sereno, midiendo con respeto. Nunca dirías que la arena corre como los segunderos, tan maleducados. La arena discurre y me avisa desde la belleza, pero nunca se atreve a decir que estoy llegando tarde, a ninguna hora, a ninguna parte.

martes, 17 de diciembre de 2013

lunes, 16 de diciembre de 2013

Ana Karénina

Con una noche valiente me he propuesto seis meses más, del año que sea, ojalá menos. Pero ya nos conocemos. Un exceso para releer lo leído durante veinticuatro semanas. Si pienso que he de volverlo a leer, lo haré. Porque es un libro de relectura. 

domingo, 15 de diciembre de 2013

El arte de tender

No toda la ropa se seca. Depende del clima donde la tiendas. Y aunque pasen los días, nada, no hay forma. Hay que traerla a casa, dejarla sobre cualquier silla y esperar que sean las paredes las que detengan el frío. La tregua necesaria para que sea posible el abrigo.

martes, 10 de diciembre de 2013

Cerrar

Rasgar la hoja en tantas mitades como la pena o la euforia te permitan.

domingo, 1 de diciembre de 2013

El reloj y la hora

Me dirijo al reloj retrasado. Está escondido en la casa o ignorado en el coche. Lo dejamos. Que marque la hora que le dé la gana. Calculamos encima suyo. No te enfades. Cuando menos lo esperes, darás la hora.