martes, 14 de abril de 2015

Los pájaros de las minas

Considero que la escritura debería estar liberada de todo fin útil. Las intenciones en los libros o poemarios son zancadillas a la obra misma, que se resiente, pierde el equilibrio y deja al autor por los suelos. Sin embargo, este fin de semana un amigo* me habló de Kurt Vonnegut y los pájaros de la minas.

Antiguamente en el interior de las minas se colocaban canarios en una jaula para que avisaran, con su vida misma, de la existencia de gases tóxicos o peligros a los trabajadores, incapaces de percibirlos por sí mismos antes de que fuera demasiado tarde. Kurt Vonnegut comparó a estos pájaros con los escritores. También estos respiran con especial atención el aire de su tiempo y perciben malos gases o la ausencia de oxígeno. De esta forma se puede saber cuándo vienen tiempos difíciles, a través del canto de sus letras y su sensibilidad.

Tiene el poeta o el escritor el deber de mantener los pulmones limpios, listos para respirar, fuertes para cantar. También se vuelve importante el trabajo sucio de humedecer, frotar, enjuagar y tender la mirada al sol, con el fin de purificar la piada.

Cualquier voz es una mirada, un aviso. Da igual el punto del camino que atraviesa. Pero el canario de la mina que responde consigo mismo a favor de la vida tiene un canto más honorable, a mi juicio. Y también más incómodo. Canta solo.


* Gracias a Tony por iluminarme.

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