lunes, 28 de septiembre de 2009

Lectura pendiente

Abrió uno de los cajones de su mesilla de noche. Cuando vio esa cantidad de libros apilada se gustó a sí misma. Después recordó que algunos están a mitad, que otros ni siquiera los empezó después de comprarlos. Tras hacer sitio en el siguiente para guardar las revistas del fin de semana, volvió al cajón de arriba y repasó los títulos. Sorprendida al ver que se los había leído todos, levantó la mirada hacia arriba y, ahí, amontonados al lado del despertador, estaban esos que tanto le remuerden la conciencia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

yo tambien tengo libros de esos junto al despertador. la diferencia está en que, de los de la pila grande, aún tengo muchos por leer.