Jamás he visto una luciérnaga. Incluí su existencia dentro del saco de las hadas, los unicornios y los amores para siempre. Y resulta que existen, que brillan y revolotean en paisajes de verano. Deben tener un fulgor concreto, acompasado, para que cuando una se apaga, floten, intermitentes, luciérnagas, como esperanzas, a su rescate.
3 comentarios:
existen, como existen los unicornios y los amores de verano y ese saco de cosas en las que no crees
Me dicen los entendidos que son más bonitas las que soñamos nosotros... Pero a mí no se me quitan las esperanzas de verlas.
¡Qué ilusión tu comentario! Prometo avisar si veo una.
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