Creo que la muerte te roba la memoria. He repetido doce veces esta frase mientras sacaba la ropa de la lavadora y la tendía. Cuando escribes es importante cazar el momento y matarlo sobre el papel. Si no se va y te deja con la soledad de antes y la pérdida de ahora.
Tiene que haberte rondado la muerte para preferir no acordarte de algo. Vienen en la penitencia los libros leídos que ya nunca puedes sacar a colación. Hay una fuga. Esa cabeza tuya guarda un Triángulo de las Bermudas. El sol te bendice con un aire despistado. Una conoce su noche. Bajo esas aguas he olvidado todas las páginas. Naufragios, historias fantasmas, barcos piratas.
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