Pienso en la nostalgia del hombre. Vuelve al tocadiscos, defiende lenguas de sus abuelos, enciende la máquina de coser, aprende bailes de otras décadas, elige chaquetas con hombreras, monta barberías, rescata las banderas más inverosímiles y, sin embargo, deja su corazón al frío de la modernidad.
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