sábado, 12 de enero de 2008

Rotulador rojo

Andrés iba por la calle, sorteando a otros viandantes con los que compartía acera. Hoy caminaba porque ya había estado tumbado en la cama y en el sillón. No le molestaba el ajetreo de aquella tarde, nada conseguía perturbarle. Se cruzó con varios carteles: "Tengo tres hijos a los que alimentar", "estoy en paro y no tengo para comer", "ayuda para un pobre hombre", con sus correspondientes dueños. Soltó un par de monedas a cada uno. Al día siguiente volvió al mismo lugar, colocó la chaqueta en el suelo y se sentó sobre ella. Sacó un rotulado rojo, y en letra mayúscula escribió: "TENGO EL CORAZÓN ROTO". Cuando giró el cartón le hubiera gustado romper a llorar. Andrés sabía de sobra que a él las monedas no le servirían para nada.

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