domingo, 26 de diciembre de 2010

Historias bonitas

Siempre he pensado que las verdaderas sorpresas nunca te las imaginas y jamás las esperas. Por eso, a veces, cuando empiezo a soñar, intento pararme en seco. "No lo pienses que sino ya no pasará", me digo. Pero en otras ocasiones, cuando el toro ya ha pasado y todo está más que soñado, me enfurruño y me riño: "Eso así, tan bonito, ¡ya seguro que no se cumple!". Y es que en el fondo, con la imaginación, creo que arranco modos de hacer realidad los sueños. Voy vaciando de hojas el árbol, contando, antes de tiempo, historias. Y son bonitas, muy bonitas.

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