lunes, 21 de febrero de 2011

Lunes

He llenado sus bolsillos de piedras. Le tapé los ojos, para que no viera el vértigo de la semana, que empieza. También le coloqué una mochila antes de abrir la puerta. Por la ventana se colaba un viento helado. El lunes y yo nos estremecimos. No queríamos salir ahí afuera. El alma se recogió sobre sí misma y el gesto se torció. "¿Qué, de lunes?", advirtió algún gracioso por las calles de este inhóspito día.

No hay comentarios: