Cada nueva versión vuelvo a decidir quiénes son mis maestros. Reelijo el camino que quiero seguir. Ese famoso 2.0 me pregunta qué es lo que quiero, para acercármelo. Y yo titubeo nerviosa, hago búsquedas erróneas, típicas. Insatisfecha, caigo en la cuenta de que mi rutina es no saber mi rumbo.
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