A veces juegas con el pasado. Vuelven las fichas al tablero de ajedrez y retomas conversaciones. Preguntas y respuestas entre el reparto de lo que fue una bonita película de juventud. Volver a ver el suelo damado, insistir en la convivencia y reír lo que ya nos hizo gracia. Recuerdo en esos momentos qué años felices, que llevo vidas guardadas.
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