miércoles, 28 de mayo de 2008

Recuerdos

Lo he recordado cuando volvía andando. Pero la mente juega malas pasadas, y una vez en casa sabía que había recuperado una parte de él, pero olvidé cuál. Empecé a repasar todo, lo poco que me queda. Sin embargo, ese relámpago de hacía un rato se me resistía. Ha llegado por fin, tras escudriñar su figura.

Un pañuelo blanco. En ocasiones con rayas marrones o azules. Ahora nadie repasa al salir de casa si lleva su pañuelo en el bolsillo como lo hacía él. Me lo ofrecía, siempre. La misma tela secaba lágrimas, limpiaba mofletes y sonaba los mocos. Ahí se quedaba lo que me había hecho daño. Y doblando el pañuelo en un pliegue imposible devolvía la tranquilidad. Todo se secaba dentro de su bolsillo.

He topado en alguna ocasión con esos pañuelos. Había más de uno, amontonados, con hilos sueltos. Faltaba su mano detrás de ellos.

martes, 20 de mayo de 2008

Volver a ciertos libros

En un primer momento no me aferré a él como lo hago ahora. Pero entonces no había trabajado nunca en un periódico. Me sorprende leerlo porque parece que esté sentado por las tardes tecleando al lado mío.

"En nuestro oficio hay algunos elementos específicos muy importantes. El primer elemento es una cierta disposición a aceptar el sacrificio de una parte de nosotros mismos. Es ésta una profesión muy exigente".


No quiero echar leyenda sobre el periodismo. En los medios trabajan gente normal. La exigencia es muy concreta.

"Se puede desempeñar de dos formas: de modo artesanal. Pero luego hay un nivel más elevado, que es el más creativo, donde ponemos un poco de nuestra individualidad y de nuestras ambiciones".

"El segundo elemento es la constante profundización en nuestros conocimientos. Tengo mucho amigos de una gran calidad junto a los que empecé a ejercer el periodismo y que a los pocos años fueron desapareciendo en la nada. Creían mucho en sus dotes naturales, pero esas capacidades se agotan en poco tiempo; de manera que se quedaron sin recursos y dejaron de trabajar".

"Hay una tercera cualidad: no considerar la profesión como un medio para hacerse rico...Se trata de una profesión con una precisa estructura feudal. Podemos encontrar muchos periodistas jóvenes llenos de frustraciones , porque trabajan mucho por un salario muy bajo, luego pierden su empleo y a lo mejor no consigue encontrar otro".

"Hay otro problema, además. Hace cuarenta, cincuenta años, un joven periodista podía ir a su jefe y plantearle sus propios problemas profesionales. Y el jefe, que generalmente era mayor que él, le hablaba de su propia experiencia y le daba buenos consejos.


"Los cínicos no sirven para este oficio" se publicó en el año 2000. Leerlo de nuevo ha sido entender lo que explicaba Kapuscinsky durante una entrevista, luego hecha libro. No sé si dejarme desengañar, si desaparecer en la nada -profesionalmente hablando-.

lunes, 19 de mayo de 2008

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Mi tía es una mecedora. El molino: la harina que se queda en la ropa. La terraza que tiraron: una habitación llena de trastos. El resto de la casa son silencios, huecos en donde yo pongo objetos que ya se han llevado. No quiero seguir el itinerario que me lleva a otros lugares, a otros paisajes-olores-tactos, a otras ausencias. Los paisajes de ahora son los que vivo.

domingo, 18 de mayo de 2008

Así, todo bien

Apreté la taza hasta que se quebró entre mis dedos. Sentí un leve dolor que no dejé traslucir, tan sólo esperé unos momentos con los cristales perforando mi piel. Cuando abrí las manos frente a mis ojos ni siquiera la sangre provocó en mí el mínimo sobresalto. Tampoco el impacto de los cristales que cayeron contra el suelo me incitó a dar un paso hacia atrás. Así estaba todo bien.

Buitres buenos

Un último paseo por aquellas cosas que fueron de ella. Por ejemplo, abrir un armario que algo encerraba todavía: una chaqueta, pendientes,... Su abrigo de bisón. Él todavía recuerda cuánto le costó: "seiscientas mil pesetas de las antiguas".
"Esto quiero que te lo pruebes" le dice Ángel a la prima de la difunta. Lo hace, y las tres personas que hay en la habitación rompen a llorar. "¿Sabes qué, Ángel? Siempre quise tener uno". Vuelven a llorar. "A nadie se lo regalo más agusto que a ti".

Repasan toda su ropa: "¡Qué estampados mas bonitos!", "esto sólo lo sabía llevar ella", "esto nunca se lo puso" o "no lo llegó ni a estrenar". Hay algo de bueno en este regodeo. Es como volver a tocar a alguien, repasando todo aquello que era. Creo que quieren llegar a ella sin llegar. Él vuelve a hablar: "Coge lo que quieras", "llevaos cada una un regalo de la tia". Parecen buitres buenos,repasando una y otra vez cada una de sus pertenencias, buscando una huella sorda, muda y ciega. "Muchas gracias por el abrigo, lo voy a usar".

La muerte tiene ritos prácticos. Y forma parte del "descansen en paz" que los que te quieren vacíen tus armarios, recojan tus cuadros, se pongan tu abrigo de bisón. Porque te quieren y los pobrecitos te echan de menos. Y porque son buitres desconsoladamente buenos.

viernes, 16 de mayo de 2008

....

A mi conciencia de ciudadana cada vez le cuesta más hacer como si nada. El terrorismo, el maltrato o los secuestros me exigen una respuesta personal. Las noticias no cesan y creo que algo estaremos haciendo mal. Sobre todo porque quien gobierna y hace la oposición no están mirando a la calle, y se lo pueden permitir. No para de rondarme la cabeza: algo estaremos haciendo mal.

jueves, 15 de mayo de 2008

Releer

Ha llegado el momento de releer a Kapuscinsky. Su libro "Los cínicos no sirven para este oficio" tiene que obrar un milagro. Creo que incluso tiene pocas páginas porque el cínico también es vago. A ver si las letras salvan la suficiencia del individuo.

martes, 13 de mayo de 2008

YO/yo

No me pongo de acuerdo contigo, yo. Soy lo que estuvo primero o lo que sobra de ti. El caso es que me pesas mucho, y no sé cuántas veces cargo contigo a regañadientes. Pero siempre vuelves a subirte a lo alto de mi mochila. Te exhibo triunfante en los días buenos. Los malos, ni que decir tiene. En estos años me has desvelado los grises. Con el blanco o negro ya habría muerto alguien. El paso de los días no nos ha encajado, ¡qué va! Pero tenemos limadas las puntas con las que tanto daño nos hacíamos. Sin embargo, lo afilado lo hemos sustituido por lo efectivo. Sabemos qué lugares duelen más, y golpearlos no depende de una espada. Tan sólo el empujón de un dedo nos deja tirados en el sofá. El roce producirá hormas y zapatos para cada día de fiesta. Y en esos días rotos, que los hay, nos llevaremos tu a mí, y yo a tí, a la tumba.

Tiempo

Mientras ella sollozaba en el suelo, se acercó silenciosamente su padre. Él le aclaró que si no dejaba de llorar no era capaz de entenderla. Pero el llanto era profundo, la calma no podía abrirse paso. Tiempo, pensó entonces él. Y se fue.

sábado, 10 de mayo de 2008

Sigue...

Está lloviendo todavía. No cesan las gotas, ni los charcos.
Sé que llueve mucho porque me apetece quedarme en casa y no puedo. Más tarde, en los informativos, me hablarán de los cultivos dañados y los pueblos en alerta roja. Espero que no sean los que salían anteayer pidiendo agua para sus tierras. En ese caso habrá alguien que escucha, atiende y complace.
Sé que llueve mucho porque apenas puedo salir al balcón sin mojarme las zapatillas de ir por casa. Pero lo sé sobre todo porque, en mi casa vieja, el agua de fuera está llegando dentro.

jueves, 8 de mayo de 2008

Lluvia

Hoy ha llovido. El tiempo se ha aproximado, imponiendo al resto de la ciudad su malhumor. La lluvia que veía por la ventana le ha caído en el pelo, y ha mojado luego sus pies. Ha vuelto a deambular sin paraguas porque lo de fuera no era una amenaza. Podía entender que la gente se protegiera de la lluvia, ayer ella lo hacía del sol.