Lo suyo, lo único de las estrellas, es brillar. Y me aburre eso único, suyo, para sólo destacar. Admito, me rindo: me quedé mirando. Fue un segundo o dos semanas, ¡qué más da cuánto fuese! Me dejé engatusar. Pero ahora que lo veo, tan brillante, gallo de corral, demuestra, advierto: ¡oh, vanidad! Hay luces que parecen, pero no, no saben iluminar.
1 comentario:
¡Bárbaroooooo! Así, en un par de líneas ¡zaca! y con una elegancia...
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