miércoles, 20 de abril de 2011

Penitencia

Una huella humana deja reminiscencias de dioses. Ahora que todos pisamos asfalto cobra más sentido la tierra, que guarda el rastro por donde discurrimos. Atesora aquello que hemos dejado caer: sangre, sudor y lágrimas. He trazado cruces removiendo piedras y he clavado los dedos para resucitar. Esta tierra es un cielo por donde hay que pasar.

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