Una huella humana deja reminiscencias de dioses. Ahora que todos pisamos asfalto cobra más sentido la tierra, que guarda el rastro por donde discurrimos. Atesora aquello que hemos dejado caer: sangre, sudor y lágrimas. He trazado cruces removiendo piedras y he clavado los dedos para resucitar. Esta tierra es un cielo por donde hay que pasar.
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