Abandonó la habitación y recogió su chaqueta del salón. Bajó a pie los seis pisos de techo alto. Cuando iba por el segundo, mientras intentaba zafarse de los gritos que hacía segundos había escuchado, acertó a meter el brazo en la manga izquierda. Al salir a la calle, ordenó la chaqueta sobre sus hombros y relinchó. Calculó en su mente la ruta más cercana y anduvo nervioso hasta que entró en la farmacia. Tenía claro que esta era la última oportunidad:
- "Lágrimas artificiales, por favor".
2 comentarios:
No se si era un texto de risa, pero la ultima parte me parecio muy linda y graciosa. Es raro encontrar escritores en los blog, por no decir que muy dificil. Yo soy novelista, muy joven pero con muchos sueños. Me paso buscando entre los blogs para encontrar algo interesante que leer. Espero no te moleste verme aqui deves en cuando.
Muchas gracias. Yo encantada de que pases por aquí. Leeré tu blog!! Un saludo
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