Estaba sentada detrás de un periódico y unas patatas bravas. Los ojos al papel y la oreja puesta en la mesa de al lado. Había dos abuelos revoloteando alrededor de una abuela. Ella tenía la melena de un rojo anaranjado y medias de rejilla. Ellos traje y una mirada fija. Uno, el que más probabilidades de éxito tenía, le tocaba el hombro de vez en cuando y le daba la razón en todo lo que decía.
Iban cayendo las patatas como las frases: "He estado casada 48 años con el mismo hombre. Era veinte años mayor que yo. Iba detrás de la del piso de arriba, de la de en frente o cualquiera. Pero yo le dije que a dormir a casa. Veo ahora a muchas mujeres que si pudieran los tendrían en una urna de cristal. El casarse no significa que el hombre tenga que dejar de pasárselo bien". Estas frases caían suavemente sobre los dos oyentes. Asentían con la cabeza y echaban un capazo de flores por cada flor que ella se regalaba a sí misma.
De vez en cuando disimulaba la vista en el diario. Entre Venezuela y las elecciones, la oía a intercalando las amistades que tenía. Bueno, las que seguían vivas -ponían esta coletilla a casi todo. Descalificaba a otras candidatas y amistades en común, muy elegantemente. Ellos la dejaban. En un momento dado, los tres han guardado silencio. Hablaban de las vueltas que le dan a la cabeza antes de dormir. "Claro que lo piensas", decía el hombre que ni pretendía ni era pretendido. Ella ha contando que no tiene a nadie. Su pretendiente dos hijos, "estupendos", ha puntualizado coqueta mientras abatía las pestañas. El tercero en discordia los miraba un rato y al otro parecía que ya no estuviera allí, cansado de ese juego del flirteo que hoy no tenía nada que ofrecerle.
lunes, 7 de diciembre de 2015
sábado, 21 de noviembre de 2015
Ola de frío
Ha llamado el frío al viento para pasar la tarde cantando en mi ventana. Interpretan una percusión nerviosa y me piden, a su forma, que salga a jugar. Abierto el pasillo a sus corrientes, revolotean los poemas mientras los cazo al vuelo.
martes, 27 de octubre de 2015
Clásicos
Me paso los días leyendo viejas historias. Es otra forma de pasar tiempo con los mayores, en una conversación que nos sobrevive a todos.
Gula literaria
Recojo las migas que he esparcido por el estudio, el sofá y la entrada. Apilo todas la páginas mordidas, a medio comer, en la mesita de noche. Un festín de libros empezados. Tienes que acabártelo todo. Ultimátum. No soy chica de buffet libre. Orden, Ana. Lees con los ojos, me riño.
sábado, 17 de octubre de 2015
miércoles, 7 de octubre de 2015
jueves, 10 de septiembre de 2015
miércoles, 2 de septiembre de 2015
viernes, 21 de agosto de 2015
Triángulo de las Bermudas
Creo que la muerte te roba la memoria. He repetido doce veces esta frase mientras sacaba la ropa de la lavadora y la tendía. Cuando escribes es importante cazar el momento y matarlo sobre el papel. Si no se va y te deja con la soledad de antes y la pérdida de ahora.
Tiene que haberte rondado la muerte para preferir no acordarte de algo. Vienen en la penitencia los libros leídos que ya nunca puedes sacar a colación. Hay una fuga. Esa cabeza tuya guarda un Triángulo de las Bermudas. El sol te bendice con un aire despistado. Una conoce su noche. Bajo esas aguas he olvidado todas las páginas. Naufragios, historias fantasmas, barcos piratas.
Tiene que haberte rondado la muerte para preferir no acordarte de algo. Vienen en la penitencia los libros leídos que ya nunca puedes sacar a colación. Hay una fuga. Esa cabeza tuya guarda un Triángulo de las Bermudas. El sol te bendice con un aire despistado. Una conoce su noche. Bajo esas aguas he olvidado todas las páginas. Naufragios, historias fantasmas, barcos piratas.
jueves, 20 de agosto de 2015
domingo, 2 de agosto de 2015
Está todo
La vida, mientras lloras en la infancia eterna, va metiendo en la mochila el almuerzo, una segunda camiseta, algún utensilio peligroso y tiritas. No falta el agua, caramelos y objetos que una madre entiende necesarios. Mientras tanto sigue la vida con sus velocidades. Llega el día. Estás exhausta. Miras alrededor y nada ni nadie sirve de ayuda. Tienes la mochila a tu espalda y por aburrimiento echas un vistazo al pasado. Está todo. Lo repasas con los dedos. El caso es que sabías que viajabas con ese peso. Sólo ahora lamentas no haber abierto ese botiquín tan bien compuesto. Echas mano del agua. ¡Qué fresca! ¡Qué bien sabe! Recuerdas la botella, la cocina de aquella casa, los días que jugabas para acabar rescatada por esa fuente. "¿Por qué no bebí antes?", te lamentas. Y sigues mirando el fondo de la bolsa. "Está todo", repites. Querrías ser esa persona atenta, despierta ante todo aquello que el tiempo te ha dado para que completes el futuro. Pero una siempre siente que falta algo. Y olvida que la mochila la hizo una madre. Está todo lo que necesitas.
sábado, 1 de agosto de 2015
El paso del tiempo
Las naciones son el paso del tiempo. Él se encarga de destruirlas soplando grandeza a los hombres que las habitan. Les mete en la cabeza que son los primeros y los definitivos. También susurra que nadie antes estuvo llamado para la gloria. Ellos, armados, no preguntan si el tiempo miente, si ofrece espejismos en los primeros siglos de cada ocurrencia. Los años se frotan las manos con nosotros dentro. No se puede hacer historia con tantos pájaros en la cabeza. Menos mal que luego los libros lo arreglan. Sería insoportable estudiar tanta mediocridad.
lunes, 27 de julio de 2015
sábado, 25 de julio de 2015
Cigarra & hormiga
¿Qué sería de mí, cara a cualquier papel -escrito o en blanco-, sin el canto de las cigarras? ¿Cómo le explico esto a la hormiga -tan ocupada en mi cocina?
miércoles, 22 de julio de 2015
La coma
La coma es un acento inventado en una palabra que no lo necesita. Dolida, recorre la frase para interrumpirla. Aquí me quedo, y aquí, y aquí. También, por qué no, aquí. Y cuando te descuidas, ya tenemos el párrafo acentuado.
Nada
Me he sorprendido pensando en las comas. Una amiga pasa un artículo por Twitter y, un rato más tarde, me encuentro tirada en la cama dando vueltas a las comas. Ayer el tema era el cuento norteamericano, antesdeayer leía sobre lo raro que es vivir.
Juan Ramón Jiménez pasó sus últimos años recogiendo su obra, contextualizándola. La semana pasada resonaba el "mírame" de Bobin.
A ratos he escrito tonterías. "Piensa que nadie tiene por qué leerlo", me digo. Un alivio también para el resto.
Vuelvo a la cama y sus comas. Sin ese artículo jamás hubiera pensado el tiempo que paso escuchando la música de lo que escribo, las voces impostadas que imito para saber cómo se dice mejor el texto.
Las comas. Las comas y los libros. Apuesto lo que sea a que estos días contestaría al "¿qué has hecho?" con "nada".
jueves, 16 de julio de 2015
lunes, 6 de julio de 2015
El compromiso de escribir
Juro la palabra con el dedo en la tecla y el portaminas en el bolso. Detrás de cualquier ticket dejo olvidar las ideas, junto a las llaves, los cascos y las monedas. Quédate con el cambio. Voy sobrada de poemas.
sábado, 13 de junio de 2015
miércoles, 10 de junio de 2015
viernes, 22 de mayo de 2015
Perdón por el viaje
Tengo miedo de las paradas ridículas de este viaje. Miro una amapola, aprehendo el vuelo de un pájaro y no sé cómo estoy de viva todavía. Remiro voces más sabias y tartamudeo. No quiero blasfemar y decir qué bonito es todo cuando hay belleza. Hago líos con las pocas cosas que he aprendido. Miro otros poetas: tan altos, tan guapos, tan listos. Perdonadme este viaje al pueblo mismo. Jamás vi en la ciudad ese azul, este verde, aquel amor.
martes, 19 de mayo de 2015
Juego de niños
He tirado las ganas de pelear. Mantengo alguna batalla propia. Pero sin juego sucio. Viejos asuntos. Guardo dentro voces. Las de cualquier tipo de empleado. Van pidiendo aumento de salario. Soy una pequeña empresa. He girado el paso para ponerme delante del espejo. No tengo prisa pero lo he dicho: "¿Hacemos las paces?". Después de todo, esto es un juego de niños y soy la única que queda en el parque.
jueves, 30 de abril de 2015
Buen trabajo
Me tiro a la piscina al final del día. A remojo de un lado a otro no resuelvo casi nada. Pasamos por agua, mis nubes y yo. Miro el fondo y me quedo a solas, aunque choque con el pie de ese, aunque me dé un golpe la maño de aquella. Vuelvo a casa con paso ligero. Hoy también he flotado.
sábado, 25 de abril de 2015
Buena suerte
Cada vez que voy a misa y celebran unas bodas de oro descubro un trébol de cuatro hojas.
jueves, 23 de abril de 2015
miércoles, 22 de abril de 2015
Por turnos
Un lápiz por cada luna. Siempre se desvela algún poeta, de guardia. Uno, como mínimo. Multitud, en su máximo (esplendor).
miércoles, 15 de abril de 2015
Infancia terrible
Si por algo tienen que rendir cuentas los niños es por crímenes contra las hormigas.
martes, 14 de abril de 2015
Los pájaros de las minas
Considero que la escritura debería estar liberada de todo fin útil. Las intenciones en los libros o poemarios son zancadillas a la obra misma, que se resiente, pierde el equilibrio y deja al autor por los suelos. Sin embargo, este fin de semana un amigo* me habló de Kurt Vonnegut y los pájaros de la minas.
Antiguamente en el interior de las minas se colocaban canarios en una jaula para que avisaran, con su vida misma, de la existencia de gases tóxicos o peligros a los trabajadores, incapaces de percibirlos por sí mismos antes de que fuera demasiado tarde. Kurt Vonnegut comparó a estos pájaros con los escritores. También estos respiran con especial atención el aire de su tiempo y perciben malos gases o la ausencia de oxígeno. De esta forma se puede saber cuándo vienen tiempos difíciles, a través del canto de sus letras y su sensibilidad.
Tiene el poeta o el escritor el deber de mantener los pulmones limpios, listos para respirar, fuertes para cantar. También se vuelve importante el trabajo sucio de humedecer, frotar, enjuagar y tender la mirada al sol, con el fin de purificar la piada.
Cualquier voz es una mirada, un aviso. Da igual el punto del camino que atraviesa. Pero el canario de la mina que responde consigo mismo a favor de la vida tiene un canto más honorable, a mi juicio. Y también más incómodo. Canta solo.
* Gracias a Tony por iluminarme.
Antiguamente en el interior de las minas se colocaban canarios en una jaula para que avisaran, con su vida misma, de la existencia de gases tóxicos o peligros a los trabajadores, incapaces de percibirlos por sí mismos antes de que fuera demasiado tarde. Kurt Vonnegut comparó a estos pájaros con los escritores. También estos respiran con especial atención el aire de su tiempo y perciben malos gases o la ausencia de oxígeno. De esta forma se puede saber cuándo vienen tiempos difíciles, a través del canto de sus letras y su sensibilidad.
Tiene el poeta o el escritor el deber de mantener los pulmones limpios, listos para respirar, fuertes para cantar. También se vuelve importante el trabajo sucio de humedecer, frotar, enjuagar y tender la mirada al sol, con el fin de purificar la piada.
Cualquier voz es una mirada, un aviso. Da igual el punto del camino que atraviesa. Pero el canario de la mina que responde consigo mismo a favor de la vida tiene un canto más honorable, a mi juicio. Y también más incómodo. Canta solo.
* Gracias a Tony por iluminarme.
jueves, 9 de abril de 2015
Nasciturus
La despedida no sería tan amarga si no te hubiera escrito cuatro poemas. La ley inventó para casos similares la custodia compartida, pero ¿qué hago con este vacío legal poético? ¿Quién se queda con los hijos no nacidos que escribí?
Resurrección
El capullo del gusano de seda se va a quedar en una servilleta. La combustión del ave Fénix en una fogata. El sueño del oso que sale de la cueva, una siesta . El tipo optimista, un simple. El viaje del pingüino emperador, un trámite. La segunda piel de la serpiente, un exceso. La esperanza de vida de la mosca, una eternidad.
La resurrección que quisiera para el hombre muerto iría de tu mano.
martes, 7 de abril de 2015
Parodiando a Jane Austen (con cariño)
Ningún hombre en su sano juicio querría a una mujer que le quisiese.
miércoles, 1 de abril de 2015
martes, 31 de marzo de 2015
Matices
Hay veladas con amigos -nocturnidad, copas y alegría- en donde una habla como si estuviera concediendo una entrevista. Y es al día siguiente cuando surgen entre la niebla relámpagos de conversaciones. Vienen sin misericordia bocadillos de frases lapidarias y enunciados grandilocuentes. Gracias a Dios que la noche tuvo grandes invitados. Sólo hubo algo que no he conseguido recordar: dónde me dejé los matices.
sábado, 28 de marzo de 2015
Faena
Ahora que no se llevan los cuernos -los de los toros- una se imagina embistiendo a todo aquello que le aparta del espejismo de su imaginación. La plaza es la vida, el animal tozudo y la testa revolotea, picando el aire con hueso mientras señala al cielo, de izquierda a derecha. Ya no recuerdo las veces que me han toreado. Hay tardes que sangra el lomo y llegan banderillas como collejas. Llama cada día el clarín y salgo con la dignidad de la mañana. Empieza la fiesta, dicen. Y una se pone brava.
martes, 10 de febrero de 2015
Cinco minutos más
Silbato y vagones, descarrila el tren del sueño, cafetera que resopla a lo lejos: suena el café recién hecho.
miércoles, 4 de febrero de 2015
Confesión
Está el hombre frente a un espejo de palabras mal escogidas, escritas y borradas, con coma y sin punto, encabalgando piezas de su vida. Alguna vez alguien ha debido decirte que tienes, entre los ojos, la boca, esas orejas y tu nariz: un poema. Y queriendo atraparlo, has ido corriendo frente al papel a escribir, a confesar, que nunca has sido bueno.
Rima asonante
En tiempos de manifestaciones sigue intacto el silencio del poeta. Lleva en sus versos consignas de belleza y verdad, sin palabras de sangre, entre cuatro paredes y una ventana. "Esto es una revolución", dice el soldado. Escuece la punta del lápiz con las cruzadas del bien en su pupitre. Y le tocan la luna y no sale ningún partido a por sus votos. No quedan en Sol, ni alrededor de ningún café, ni se escapa una leche. Las plumas falsas prestarán su último servicio: "Están 'desindicalizados' estos pasotas. ¡Qué manía de comprometerse consigo mismos!". Dispararán el tiro de gracia: "Su poesía no sirve para nada".
miércoles, 14 de enero de 2015
La invitada
Me gusta observar la rutina de las casas. Quién manda, quién cede, el tono de las voces, el precipicio del enfado, quién lo aleja, cuál mano es la que recoge el momento, cómo lo templa. Es una victoria secreta descubrir los temas que emocionan a los anfitriones, dejarles hablar y que sonrían y se interrumpan; de repente ver que hablan uno con el otro, mientras yo termino mi plato, mientras me cuentan su historia. Bebo su vino, abro su cerveza, aliño con sus especias y pruebo sus manías, que me llevo conmigo como tesoros. Me gusta ser la invitada y pisar monarquías caseras. Un hogar, cuando me voy, me parece una patria.
viernes, 2 de enero de 2015
El autor y su obra
La vida del poeta en su poesía es la bengala que dibuja letras en la noche. El ejercicio rápido que te obsequia con un nombre durante el batido de alas del niño, que firma al aire para que leas al quite.
jueves, 1 de enero de 2015
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