A veces compro libros para cambiar mi vida. Un ímpetu que me arrastra a la librería. "El arte de la guerra" fue el último que adquirí y no he leído. Pasado un día se diluyó mi afán. ¡Qué breves son mis inquietudes! Maldita fecha de caducidad.
A veces compro libros para cambiar el día porque, cambiando el día, voy cambiando mi vida. Sobre todo, compro libros cuando salgo enfadada del Juzgado: o porque he hecho mal mi trabajo en sala o porque me disgusta que se proteja la injusticia poniéndole careta de justicia.
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A veces compro libros para cambiar el día porque, cambiando el día, voy cambiando mi vida. Sobre todo, compro libros cuando salgo enfadada del Juzgado: o porque he hecho mal mi trabajo en sala o porque me disgusta que se proteja la injusticia poniéndole careta de justicia.
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